sábado, 7 de marzo de 2009

1199


1199…días para volver a sentir que en mi brazo se inyectaba una gran jeringa repleta de adrenalina y que un tipo bajito con cara de bueno y una fuerza en el espíritu equivalente a la de un David apretaba de esa jeringa sin delicadeza. De pronto las estrellas estaban más cerca y me movía rozándome con la gente, con los ojos cerrados y como pocas veces tan abiertos al mundo.
Esta vez, con el alma limpia y un pedazo de natura que se alzaba a nuestro lado como cuidando que los sonidos no se fueran por ahí y que se nos metan bien metidos hasta que la lucha sea el único pensamiento posible, con un compañero que cualquiera que crea en el amor me envidiaría y la felicidad colgada como un gran collar.
La guitarra frenética, mil lenguas y el mejor ejemplo de que de un colectivo de personas con ganas de mejorar no hay otro resultado que el mejor. Un bajo sostenido por un orco con el corazón de la novicia rebelde y un percusionista q luego fue cantante y nos hizo sentir en árabe. El pibe que vendió una revista y le pagaron con un sueño, que pisaba la peatonal y hoy pisa las nubes y una muchachita tan chiquitita que uno no sabia como hacia para guardar en ese cuerpecito tantas rimas.
Una fiesta. Un revoltoso que vence la seguridad, dos monos corren, un revoltoso enamorado que abraza a su ídolo, dos monos lo alcanzan, un revoltoso enamorado obstinado se aferra a su ídolo, dos monos tratan de sacarlo, un ídolo que devuelve el abrazo, un enamorado que sonríe, dos revoltosos que se van con la cabeza baja, quince millares que aplauden, todos queríamos ser el revoltoso enamorado.
Idas, vueltas, mas idas, mas vueltas, las supuesta certeza de que volverían porque la luz quedó prendida y que no es solo para iluminar todos los estandartes que desde el escenario nos pedían que volvamos a nuestro orígenes, que no permitamos la destrucción impune a los ojos del sol. De pronto una declaración de amor sublime, una invitación a elegir al corazón por sobre todo, y como durante mas de dos horas un montón de sensaciones brotando. Pero las luces se apagaron al fin y el reloj empezó a correr otra vez, nos dimos media vuelta y emprendimos el viaje por la nebulosa de tierra, cerré los ojos y lo vi diciéndome… “Vámonos a por la luna en el cielo, vámonos ya la luna se va, síguela no muera la noche, síguela, acelera ya! “
v.sa. ...6.3.9

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