jueves, 2 de diciembre de 2010

Espantapájaros...

Tristeza de saberme derrotada
por mi oscuro reflejo.
Ver las palomas que se alejan
de mis hombros con espinas.
No hermosas aves, ni desagradables ratas,
ya no son amigas,
me ignoran, no son nada.

En el fondo del pozo
predomina el hedor a agua estancada.
Una babosidad espesa me sostiene.
Sin caer, creo ver sus manos.
Mi inestabilidad lo destartala,
no será mi remolque.
El peso muerto vence la crema,
caigo y sigo cayendo,
pastosa,
sin siquiera sentir la adrenalina del suicida.

v.sa. 09 o 10 . 2010

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