No tomar una decisión generalmente no es la decisión correcta. En mi vida el río fluyó y sigue fluyendo mientras espera que yo construya la represa. Cualquier fanático de la new age, pseudo yogui posmoderno, se emocionaría con mis palabras. Yo les digo ¡No señores, hay que tomar al toro por las astas!...o al menos saber por donde anda. Desde que me acuerdo, han sido pocas las veces que tuve las astas en mis manos sin que el toro, cansado de boyar, las pose en ellas. Cuando pasa esto me alegro, siento el frío de esos huesos como el mas caluroso abrazo de un pariente lejano. Luego sé que solo quiere de mí una orden y me mira como diciendo Por favor que no sea en caliente. Y yo lo miro como diciendo Perdón master pero caliente tengo la máquina de tanto trabajar, mi marula es como una pyme en ascenso con dueño angurriento. Siempre pienso como debería ser la situación adecuada para permitirme no pensar. Me doy cuenta de que lo único que hago es pensar y acá estoy, sentada, mirando al toro trastabillar como loco enamorado que no sabe a quien amar.
v.sa. 01.03.10
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